Ruta de 3 días por las Merindades








     
 Aún sin planes para Semana Santa? Refrescamos este post para daros ideas de cara a las vacaciones!

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Preparados? Aquí arranca nuestra ruta por las Merindades en 3 días!

Día 1. Bilbao - Frías - Tobera - Cueva de los portugueses - Oña

Salimos rumbo a Frías desde Bilbao y en una hora larga ya estábamos allí. Aparcamos en el parking que está a la entrada del pueblo, justo bajo el castillo. Era día de puente y estaba lleno, pero tuvimos suerte en aparcar.
Pese a que el castillo nos esperaba imponente en lo alto, decimos empezar el día estirando las piernas y mochilas al hombro, nos pusimos en camino hacia Tobera.

A pocos metros del parking hay una señal que indica el camino por carretera hacia Tobera. Siguiendo por la estrecha acera en seguida llegamos a un mirador desde dónde observamos una maravillosas vistas de la ciudad (si, ciudad) de Frías.
El castillo y las casas colgadas esperan a que hagas una foto de postal.



El camino continúa unos metros por carretera y en seguida, al bajar la cuesta, encontramos a mano derecha una pista de tierra por la que seguir nuestro trayecto a Tobera.

Nos toca seguir las marcas blancas y amarillas que (en unos 45 minutos con peques) nos llevarán hasta el pueblo. La ruta no tiene ninguna dificultad, alguna pequeña cuesta que los más pequeños hacen sin problemas. Al ser pista de tierra no la veo muy apropiada para carritos. Al finalizar la pista cruzamos de nuevo la carretera para entrar en el pueblo de Tobera.


Allí nos encontramos este pequeño pueblo escondido que se alarga siguiendo el curso del río Molinar. Una vez allí, siguiendo el sonido del agua, pronto nos encontramos en el Paseo del Molinar. Una senda de aproximadamente un kilómetro en la q disfrutar de pequeñas cascadas y saltos de agua. Las cascadas se encuentran señalizadas y es fácil seguir su curso.




Nos dirigimos hacia arriba y siguiendo un sendero pegado a la roca (no apto carritos) llegamos hasta el puente Romano y la Ermita de Santa María de la Hoz.

Bajo las rocas encontramos este bonito templo de transición del románico al gótico, de una sola nave y con un pórtico que resguarda una portada de cuatro arquivoltas. Al lado Del Río, junto al puente, encontramos un pequeño humilladero denominado Del Santo Cristo de los Remedios.




Justo frente a toda esta maravilla hay un parking, así que si preferís evitaros la ruta andando, en 5 minutos habéis llegado desde Frías.




La vuelta, por el mismo camino, la realizamos disfrutando de los saltos de agua y cascadas. Ahora solo nos queda deshacer el camino andado rumbo a Frías. Como a los peques a veces se les puede hacer un poco pesado, hay que guardar siempre un as en la manga! En esta ocasión, a la vuelta fuimos provistos de cazamariposas y tuvimos éxito! Una pequeña mariposa marrón y anaranjada nos acompañó de vuelta a Frías.



  Una vez allí, renovamos energías en una agradable terraza en la calle principal. Las calles de Frías llaman a perderte caminando y disfrutar de su halo medieval. Nos asomamos a algunas aberturas dónde vislumbramos las casas colgadas y pudimos apreciar cómo por el lado de la calle se perciben 3 alturas y por el lado del precipicio parecen de mayor envergadura.




Llegamos al tan ansiado Castillo. La fortaleza se encuentra sobre lo alto del peñón y domina todo el Valle de Tobalina. Se accede a su interior a través de un puente levadizo. El castillo tiene altos muros de piedra, salpicados por ventanas saeteras. Pese a que no cuenta a penas con estancias interiores, el complejo es fabuloso y te transporta a tiempos pasados.




 En el interior encontramos un amplio patio de armas al descubierto. Accedemos al torreón, desde dónde se aprecian unas vistas espectaculares de Frías.



Sólo con estas dos visitas ya había merecido la pena el viaje. Pero nos aguardaba todavía una gran sorpresa:   

El Eremitorio del Arroyo de las Torcas, popularmente conocido como Las Cuevas de los Portugueses.




En la N-629 entre Frías y Oña, tuvimos que estar atentos para encontrar un pequeño apartado en la carretera desde dónde se accede a las cuevas. Nos sorprendió que estuviera vacío y pudiéramos hacer la visita por el poblado a solas.

Se trata de un conjunto de cuevas artificialmente excavadas en la roca cuya construcción se remonta a época visigoda. Inicialmente eran de planta rectangular con un único vano que hacía de puerta. Posteriormente  se modificaron e unieron interiormente cuando fueron ocupadas por un grupo de inmigrantes portugueses que trabajaron en canal hidroeléctrico de Trespaderne.





A los peques les encantó. Entramos en cada una de las cuevas y atravesamos el riachuelo que cruza el “poblado” por un pequeño puente de madera. Sin duda,  considero que este sitio merece una visita que no os llevará más de 15 minutos.




Continuamos nuestro trayecto hasta Oña. El último destino del día. La carretera hasta allí discurre en paralelo al Paseo Del Río Oca. Ruta que dejamos para otra ocasión, siempre hay que buscar motivos para volver!

En Oña aparcamos sin problemas a la entrada del pueblo. Siendo una población pequeña, lo ideal para conocerla es callejear por su núcleo medieval. Cuenta con una Plaza Mayor donde refrescarse en alguna de sus terrazas. Pero sin duda, es el Monsterio de San Salvador de Oña su edificación más llamativa.



En su interior, la iglesia de origen medieval alberga el panteón de los últimos condes de Castilla y primeros monarcas castellanos.


Día 2. Orbaneja del Castillo - Monasterio de Rioseco - Pasarelas de los Hocinos - Medina de Pomar



Qué deciros de Orbaneja del Castillo! Simplemente nos encantó! Se trata de uno de los pueblos más pintorescos de Burgos. Su trazado urbano está formado alrededor de la cascada que lo atraviesa.

Dejamos el coche en uno de los tres parkings habilitados a la entrada del pueblo para los turistas. Tres parkings sí,con eso os lo digo todo. Orbaneja tiene muchísimo turismo y es fácil entender el porqué.



Tras caminar unos metros paralelos a la carretera, pronto nos encontramos frente a la cascada. Hacia arriba, la cascada y el pueblo; hacia abajo, unas pozas de un maravilloso agua turquesa que acabará kilómetros más adelante en el Ebro.


 La cascada, de 25 metros de altura, nace del centro del pueblo. A dónde llegamos por unas escaleras a la derecha de la cascada.
El caudal de la casacada proviene de la Cueva del Agua.  Son aguas subterráneas que según la época del año aumentan con el agua de lluvia. Para acceder a la Cueva hay que sacar entrada, se visita sin guía y no te llevará mucho rato.



A los peques les encantó explorar la cueva y llegar hasta el final de la parte transitable, dónde se veía el  caudal del  agua.



Tras la salida de la cueva recorrimos el pueblo, cada rincón es pintoresco y diferente, siempre cerca de agua. Subimos un empinado camino hasta una especie de cornisa natural sobre la entrada de la cueva desde dónde se divisaban unas vistas espectaculares del pueblo y del cañón del Ebro. El complejo kárstico crea unas formas fantásticas como el beso de los camellos, fácilmente identificable.



Continuamos nuestro día rumbo al Monasterio de Rioseco. Se trata de un monasterio en ruinas situado junto a la carretera hacia el pueblo de Incinillas y junto al Ebro. 
A penas hay parking, por lo que dejamos el coche junto a la carretera y caminamos por una cuesta de gravilla hasta la entrada del monasterio.




Pese a encontrarse en ruinas, podemos apreciar la importancia y belleza que debió tener el monasterio en su tiempo. El complejo fue construido en el siglo XIII y reformado posteriormente. En él habitaron monjes de la orden del Císter.


Os recomiendo recorrer cada rincón de la iglesia, el claustro y los jardines.


Proseguimos con nuestra ruta, y tras un bocadillo a la vera del Ebro, nos disponemos a encontrar las pasarelas de los Hocinos. En las N-232 entre Incinillas y Valdenoceda, al cruzar un puente de piedra sobre el Ebro encontramos a la derecha un pequeño parking que da entrada a los Caminos del Ebro. Hay un merendero bajo los árboles junto al río y enseguida encontramos las primeras señales que nos indican el camino. 




Seguimos las indicaciones de la GR-99. Se trata de un sendero natural que discurre en paralelo al Ebro, a la sombra de los árboles y de fácil tránsito para los más pequeños. 


No obstante no es apta para carritos, ya que aparte de las escaleras de las pasarelas, hay alguna que otra roca que sortear y trepar por escaleras.


De nuevo usamos los cazamariposas para amenizar el camino. La ruta es de idea y vuelta por el mismo sendero y aproximadamente estuvimos dos horas.



Encontramos dos pasarelas de metal sobre el río que encantaron y sorprendieron a pequeños y mayores. Impresiona que sean tan aéreas. 


Son las pasarelas de los Hocinos.



Tras el ejercicio nos pusimos rumbo a Medina de Pomar. Debo reconocer que apenas pudimos visitar el Alcázar de los Condestables



Coincidió durante nuestras visita que eran fiestas, y el sonido de las barracas atrajo a nuestros pekexplorers implacablemente. Pasamos lo que quedaba de tarde entre el tren de la bruja y los hinchables! Volveremos a conocer Medina de Pomar en profundidad.


Día 3. Puentedey - Monumento Natural Ojo Guareña

El tercer y último día por las Merindades nos guardaba todavía grandes sorpresas. 

Situado en la Meridad de Valdeporres, Puentedey sorprende por su gran puente natural, una obra de arte que el río Nela ha tallado a lo largo de los años.




La cavidad es enorme y lo que más sorprende es que parte del pueblo se encuentra sobre el puente.
Atravesamos el puente junto al río y nos entretenemos lanzando guijarros al agua.



 Al final del “túnel” a mano izquierda, hay un camino que lleva a lo alto del puente. Nos encontramos ahora sobre la cavidad, disfrutando de las casonas y palacetes,  como la casa palacio de los Brizuela del siglo XV, así como de las iglesia parroquial de San Pelayo.




 Nos acercamos finalmente hasta un mirador desde el que observamos el pueblo y todo el entorno natural.


Hora de continuar nuestra ruta a Ojo Guareña. Adquirimos previamente las entradas por internet, ya que al ser días festivos había mucha afluencia de turistas. Junto a la zona de aparcamiento hay muchísimas zonas verdes habilitadas con mesas para un picnic.  



Subimos por la pista asfaltada hasta encontramos de frente con La Ermita de San Bernabé. En la taquilla nos entregan un casco y comenzamos la visita guiada.

Arranca con una presentación audiovisual  de la cueva en la que nos cuentan su historia a lo largo de los años. Este complejo cárstico ha sido modelado durante millones de años por el agua. Se cuentan ya más de 100 km de galerías en diferentes niveles.



Estas cuevas fueron habitadas en el Paleolítico, pospaleolítico y en la Edad de Bronce; habiéndose encontrado cerámicas, armas e incluso huellas de pies descalzos.

Posteriormente, acompañados de la guía comenzamos a recorrerla. Es impresionante la altura de algunos tramos y eso que no hemos podido entrar en La Palomera. La vista a la cueva Palomera no está permitida para menores de 12 años, con lo que en unos años tendremos que volver para conocerla.

La visita acaba en la Ermita de San Bernabé. Sus techos se encuentran repletos de pinturas murales de San Tirso y San Bernabé. Realmente espectacular.



Acaba aquí nuestra ruta por las merindades, no sin antes degustar una deliciosa comida en Villasana de Mena ya de camino a Bilbao.















Comentarios

  1. Me encanta la ruta, conozco todos los sitios y son increíbles.

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  2. No conozco ninguno de los lugares de la ruta, me los apunto todo para ir pronto por allí, que me parece que serán tres días estupendos.

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  3. Que sitios tan bonitos, cuantos nos queda por descubrir, me lo guardo para hacer una excursión.

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  4. Tiene una pinta estupenda esta ruta. No conocemos nada de esta zona. Me encantaría. Buen artículo

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  5. Que pasada de lugares me ha encantado todo todo

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  6. Que lugares tan bonitos para visitar con los peques! Me lo guardo para próximas excursiones 😉

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  7. Quéc chulada de sitios! Deseando conocerlos todos.

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  8. Me parecen unos planes fantásticos! No conocemos nada de la zona y nos a llamado mucho la atención! Ya lo tenemos apuntado para cuando podamos ir

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  9. Las Merindades es una zona preciosa. Que ganas de volver a Burgos

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  10. Walaaaaa, no lo conocía. Me parece impresionante!!!!

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